martes, 14 de abril de 2009

Pasada la Semana Santa me acuerdo de por qué me gusta tanto ir a las procesiones, aunque mi nivel religioso brille por su ausencia.
Es demasiado impresionante ver como la gente puede conservar una tradición tan vieja (los españoles se la robaron, como todo lo tomado en la conquista) (PD: yo no tengo nada contra los españoles de ahora pero con los otros la traigo) y no rendirse ante el llamado de CADETUR, ITC, Destinostv, y miles de ofertas de publicidad engañosa.
Mercedes Sur es el ejemplo vivo de que las tradiciones no se mueren si las personas las dejan vivir en las esperanzas. Son cada año más las personas que aguantamos el horrible sol durante tres horas para ver el via crucis que es medio vivo medio representativo... y después llevar sereno en la procesión de la noche que termina con un ritual de entierro que le para los pelos a cualquiera por lo emotivo de estar dentro de la iglesita hasta adentro, con los tambores romanos, las matracas y el duelo de la patria... increíble!
Este año me trajo la esperanza de que tal vez no todo esté perdido y tal vez mis hijos van a pensar que no es polada no ir a la playa mientras todos los demás van... espero

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