sábado, 18 de abril de 2009

la fauna de la clase

la fauna de la clase está cada día más trepidante. Se transforma, cambia y se mimetiza para alcanzar las metas de ser el mejor pagado, no el mejor educado, o el más servicial, o el que tenga mejores resultados en su trabajo.
Preferiría que esa fauna no me toque pero cada noche vuelvo a relamer las heridas, a planear la táctica de ataque y defensa para que no me quiten mi carne.
No hemos salido de la selva, solo la hemos llevado a la selva de granito y cemento, a encerrarse entre barandillas invisibles que se llaman convivencia y se esconden entre las sombras del maquillaje, del glamour y la hipocrecía.
Veo a la viuda negra, el león, el perezoso y las garrapatas junto al camaleón y la zorra, veo al cangrejo, la mamba, la cobra... y me esfuerzo por no ser devorada pero al mismo tiempo intento devorar para extingirlos, para acabarlos.
No es compañerismo, es contrahumanismo.

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