lunes, 13 de julio de 2009

A Meriquito

Algún desalmado mató a mi querido gato Meriquito. Salió de mi casa por última vez el miércoles pasado por ahí de las 11 de la noche y nunca regresó. Esperamos por días a que volviera pero es obvio que alguna persona decidió que era mejor que Dios y podía tomarse la atribución de matar a mi querido gato, que tenía una familia que lo esperaba para escucharlo llorar, para verlo y quererlo.
Lo que me molesta en serio es que todas las personas tienen derecho a tener una mascota, pero cuando a un vecino no le gustan los gatitos decide echarles un pedazo de salchichón con veneno, generalmente en las noches, y de esta forma se deshace de las mascotas ajenas. Frente a mi casa todos los días aparece una caca de perro, pero nadie se queja de estas... ¿Por qué entonces un gato les estorba tanto?
creo que la intolerancia hacia mi gato es igual que la intolerancia que ataca a la sociedad, cada quien es dueño de su perro ( que en el caso de la sociedad puede ser un vicio, una maña, queridas, amantes, aficiones indecorosas, etc) que tiene que ser aceptada por todos, pero cuando una conserva un gato ( más cercano a una cuestión personal que no incomode a otras personas) todo el mundo intenta eliminarlo.
Si Meriquito pecó de ser un animal, no habría que matar a los pájaros por cantar, a los gusanos por arrastrarse y a los seres humanos por discernir de manera incorrecta...
Al que mató a mi Meriquito, espero que no duerma en las noches, que la conciencia tenga que pesarle y que no le pasen la factura, porque el que a hierro mata a hierro muere.

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